Ha pasado ya más de medio siglo desde que el premio nobel de Física Richard Feynman pronunciara en el Instituto de Tecnología de California su famoso discurso titulado “Hay mucho espacio en el fondo”, que fue considerado por muchos el origen de la nanotecnología (There is Plenty of Room at the Bottom, 1959), aunque este término como tal fuera acuñado por Taniguchi en 1974.


Feynman describió la posibilidad de poder manipular las cosas “átomo por átomo”, lo que permitiría trabajar con materiales a escala nanométrica (millonésima parte de un milímetro). Cuando se manipula la materia a escala tan minúscula presenta fenómenos y propiedades totalmente nuevas. 


A partir de Feynman y posteriormente de Taniguchi, las aplicaciones y materiales que se manejan a nanoescala y hacen funcionar muchos de los aparatos que ya se utilizan, se han ido multiplicando de forma exponencial, marcando un antes y un después en múltiples especialidades científicas como la industria, la informática, la farmacología, el medioambiente y también la salud.