En la primera página del libro Carlos Pose transcribe estas frases de Zubiri: “Tanto en un caso como en otro, lo ejecutado, sea por el animal, sea por el mecanismo electrónico, no es inteligencia, porque todo ello concierne tan solo al contenido de la impresión, pero no a la formalidad de realidad. Son impresiones de contenido, pero sin formalidad de realidad. Por eso es por lo que no son inteligencia”.


Estas afirmaciones de Zubiri al comienzo del libro de Carlos Pose orientan al lector perfectamente sobre lo que constituye su contenido. Es un estudio de la inteligencia humana en un sentido muy preciso, aquel que recibe en la obra de Zubiri. Con eso queda claro ya desde el principio que no se habla de ese tema, ni en el sentido en que el término inteligencia ha tenido a lo largo de la historia de la filosofía, ni tampoco en el que es más usual al día de hoy, cuando se habla de la inteligencia animal o de la inteligencia artificial. Inteligencia es, para Zubiri, la capacidad de actualizar las cosas en una formalidad precisa, aquella que nos las presenta somo siendo “en propio” o “de suyo”, por tanto, como algo distinto de nosotros y con unos caracteres propios que son los que nos permiten afirmarla como “real”. Algo que, para Zubiri, diferencia tajantemente a la intelección humana de todo otro tipo de actualización de las cosas, como es el propio de los animales, en el que éstas se nos presentan como “estímulos” que suscitan una respuesta, pero no como realidades.